28 abril, 2006

Análisis exhaustivo I: El Día de la Bestia


Por fin, dirá alguno, le dedico unas líneas a la que es la obra maestra de Álex de la Iglesia, la gran esperanza blanca del cine español. Todo esto viene en relación a una conversación nocturna anoche con un colega que pretendió compararme EL DÍA DE LA BESTIA con la entretenida parodia de cine de acción americano TORRENTE: EL BRAZO TONTO DE LA LEY (intención que se ve ya sólo con el título de la película). Aquí no estoy para hablar de Santiago Segura si no para intentar descifrar el verdadero significado que, al menos, a mí me da a entender la obra magna del director vasco. Sí, porque EL DÍA DE LA BESTIA no es sólo una película de palomitas, como define su director, tiene un significado detrás de sí, un mensaje, que ya sale solo debido a la costumbre de meter en sus películas personajes que simbolizan lo más bajo y deleznable del ser humano, representando los deseos más profundos y lo peor de nosotros. Haciéndoles caer en sus más bajos instintos (que se ven sometidos en su máxima expresión en la infravalorada cinta PERDITA DURANGO).

Antes de nada, advierto a todo aquel que no haya visto esta película que no siga leyendo. Lo que diga a continuación podría tener espoilers y destrozaros el final de la película.


Ídolos freaks

El primer paso para entender la película es que detrás de ella tiene todo un aluvión de estética heavy y freak, para intentar acercarnos a las corrientes indies que tantas veces el tópico las ha relacionado con Satán y el Infierno. Hay que saber que Álex de la Iglesia siempre ha sido un director freak, que ha metido lo que le ha dado la gana y sobretodo siempre ha tocado temas freaks. Tal vez su película más freak sea su ópera prima: ACCIÓN MUTANTE, pero esta tampoco se queda corta. Tocando el tema del fin del mundo, con una idea tan Lovecraftiana, además de la invocación del Demonio haciendo lo que realmente hacen los satánicos para convocar a Satán (siguiendo los pasos de Guille de Rais, supongo) o el homenaje a Evilio con los chicos de Limpia Madrid. Y tanta indicación freak es un toque que mola en un director español, cuando nadie más se atreve a ello (a no ser que sea un director de serie B como Jess Franco o Peter Temboury).


Un doble final

El siguiente paso es comprender el final. No es llano y simple si no abierto. El director procura dejar un final doble que se divide en dos aspectos:

1.-Todo lo que ha ocurrido ha ocurrido realmente y ellos han salvado el mundo.

2.-Todo lo que ha ocurrido no ha ocurrido realmente y ha sido producto de su imaginación.

Pero. ¿Cómo logra el director construir estos dos finales? Es necesario tener en cuenta la escena de la invocación del demonio. Para esa invocación los protagonistas requieren de una seta, no obstante, lo que acaban usando para reemplazar la seta es un tripi, que es lo que más se le parece. A partir de ese momento, la película se convierte en un viaje de tripi en el cual todo lo que ven es una alucinación producida por la droga. La cuestión es que si habéis probado los tripis o conocéis a alguien que los haya tomado o sepáis, simplemente, las consecuencia de estos mismos sabréis que no es imposible ver mediante estos diferentes figuras totalmente imaginarias. Así, según esta versión, realmente no salvan el mundo si no que creen haberlo salvado.


El mensaje final

Siguiendo estas dos vertientes, el cineasta deja caer dos mensajes bien distintos e indiferenciados.

El primero, teniendo en cuenta que todo lo que ocurre lo hace así realmente, que nada de lo que pasa es producto de su imaginación y Berriartúa tenía razón, es una crítica y una imagen del agnosticismo predominante en la sociedad actual y el escepticismo general. El hecho de que si algo ocurre así en realidad procuramos buscar una solución racional y plausible. Este mensaje también se daría si intentasemos creer que todo lo que ocurre es producto de un tripi, resultando ser la película una crítica hacia nosotros mismos, incapaces de creer en algo grande y religioso.

El segundomensaje que se da en la cinta es dando lo ocurrido como que no ocurrió realmente, como producto de un tripi. Además de lo dicho antes, la película realmente de esta forma se convierte en una crítica a la Iglesia, capaz de hacer exactamente lo contrario a la sociedad actual. Si la sociedad actual no cree en absolutamente nada, la Iglesia es capaz de exagerar cada acción como forma de "acto divino". Si en el primer final critica la incredulidad, en el segundo critica la credulidad del religioso, convirtiéndose de esta forma en una película con un mensaje doble y antagónico. Un crítica a esa persona que defiende cada cosa que ocurre en el mundo como "acto de Dios" cuando es algo bueno o "los caminos del Señor son inescrutables" cuando se trata de algo malo. Esto, amigos, tiene unos tintes surrealistas impropios de una película del palo. Por si no lo sabéis, el surrealismo es la expresión de los sueños o las ideas de una forma desordenada y confusa. La película se convertiría en un sueño desordenado de un cura de pueblo.

Tal vez, el visionado final sugiera una idea atroz y apocalíptica en plan nadie se salva para cualquiera que intente quedarse con alguno de los finales. Nadie se salva de querer saber lo absoluto y saber más que nadie, de llevar la razón en algo que no puede demostrar llevar razón, de juzgar a Berriartúa por lo absurdo de sus intenciones, o de juzgar a los que no le creen por su escepticismo.


El final

Además del resto de críticas, pensamientos y demás cosas que se pueden sacar de la trama y sus subtramas (el profesor Cavan, por ejemplo, como símbolo de lo que es ahora la religión: un negocio), el final de la película aporta más magra al argumento. Como bien se ve, Berriartúa y Cavan aparecen unos meses después en un parque prontamente avejentados y ven por la tele como El Gran Wyoming da a entender la muerte de Cavan. Pues bien, esto no añade nada a la crítica si no que esto mismo ocurre por lo traumático de la experiencia, siendo posible que Caván realmente muriese y que el que realmente acompaña a Berriartúa es producto de su traumatizada imaginación. Finalmente, he oído de gente más cosas que se pueden sacar de la película como por ejemplo que sea una metáfora y ensayo acerca del miedo a la muerte generalizado o que realmente todo fuese producto de la imaginación de un viejo loco del Inserso que se aburría.

Quiero destacar que posiblemente en esta película ni siquiera el director quisiese meterle ningún tipo de mensaje y todo sea producto de unir a personajes profundos con una historia de la que facilmente se le puede sacar multitud de metáforas. También que para que una película sea realmente buena no es necesario que tenga un gran mensaje o mensaje siquiera como intentan hacernos creer los gafapasta de la nueva generación. Películas como EL PADRINO o PULP FICTION no creo que digan mucho y, sin embargo, están consideradas como dos de las mejores películas de todos los tiempos.


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